[Desde el Colectivo Odio de Clase saludamos el éxito de la IX Asamblea de la Unión Obrera Comunista (MLM), que supone un importante avance de nuestros camaradas y hermanos. Desde este colectivo les enviamos muchos animos y les felicitamos por el importante paso adelante]
¡EI MUNDO ESTÁ MADURO PARA LA REVOLUCIÓN!
Mensaje a la Clase Obrera de Colombia y de todo el Mundo
¡EI MUNDO ESTÁ MADURO PARA LA REVOLUCIÓN!
Mensaje a la Clase Obrera de Colombia y de todo el Mundo
Con gran fervor revolucionario, pletóricos de entusiasmo y confianza en el porvenir, los delegados de la Unión Obrera Comunista (MLM) a su IX Asamblea “Camarada Cristian”, han tomado importantes resoluciones, basadas en el análisis concreto de la situación nacional e internacional. Cada decisión de la Asamblea es de hecho un nuevo puntillazo en el cajón del moribundo capitalismo, convertido desde hace muchos años en un sistema mundial reaccionario que le niega el progreso y bienestar al pueblo, pero lo colma de superexplotación, miseria, opresión y un sinnúmero más de consecuencias, por ser un sistema que sobrevive gracias al estrangulamiento de la fuerza de trabajo mundial y a la destrucción de la naturaleza.
¡El Mundo está maduro para la revolución!, es la sentencia que los auténticos comunistas revolucionarios de todos los países expresan al ver cómo el capitalismo se ha convertido en un estorbo para el desarrollo de la humanidad; estorbo que impide a los miles de millones de trabajadores que cargan sobre sus hombros el peso de la producción y el sostenimiento de la sociedad, el disfrute tan siquiera de una mínima parte de los avances en la producción y la investigación científica. Un estorbo que se mantiene únicamente a cuenta de satisfacer el apetito insaciable de un puñado de ricachones proimperialistas, burgueses y terratenientes, costra parásita enquistada en todo el planeta y que debe ser extirpada con el filudo bisturí de la revolución proletaria. Un estorbo que extendió todos sus tentáculos a cada rincón del planeta hasta convertirse en lo que hoy conocemos como el imperialismo, la fase de agudización extrema de todas las contradicciones del capitalismo, la fase de su descomposición, de su agonía, y antesala del socialismo.
¡EI Mundo está maduro para la revolución!, pues ya es un hecho que el imperio de los monopolios donde reina el capital financiero, estrangula toda la economía del planeta, llevándola en una especie de crisis permanente que los reaccionarios pretenden por todos los medios descargar sobre los hombros del pueblo trabajador, o en su defecto, resolverla mediante guerras reaccionarias que terminan en verdaderas carnicerías humanas. Por doquier, y en cada uno de los continentes, la agudización de la crisis del capitalismo ha llevado a condiciones extremas de miseria para las masas, ya no solo en los países oprimidos, sino también en las ciudadelas imperialistas como puede verse en las calles de Manhattan en Estados Unidos o bajo el Arco del Triunfo en Paris, o en las calles que circundan el emblemático Palacio Real de Madrid en España y qué decir, de la explosiva situación en las calles del Ágora en Atenas Grecia.
¡EI Mundo está maduro para la revolución!, madurez patética en países oprimidos y opresores de tal suerte que se entremezclan frenéticamente las condiciones de opresión y sojuzgamiento de unos países por otros, con las condiciones de explotación, miseria y hambre del proletariado en todos y cada uno de los países. Los bloques imperialistas continúan sin descanso la disputa por los mercados y la fuerza de trabajo. Disputa que en no pocos casos llega a guerras regionales o a la imposición de políticas extremadamente oprobiosas para las masas de los países oprimidos. Y mientras los magnates se juegan literalmente a los hombres y la naturaleza, los proletarios se ven obligados a venderse ya ni siquiera al mejor postor, sino en muchos casos, a trabajar jornadas extenuantes por apenas un plato de comida que les permita mitigar parcialmente las penurias que este putrefacto sistema les hace vivir. Todas y cada una de las políticas que los gobiernos sentencian en sus ministerios y establos parlamentarios, están innegablemente ligadas a la urgencia de superar la crisis del capitalismo, y todas y cada una de ellas, terminan indefectiblemente en un puñal contra la población.
¡El Mundo está maduro para la revolución!, pues en medio de todo este panorama sombrío, una fuerza poderosa se destaca: los proletarios, los que no tienen para sobrevivir más que la venta de su fuerza de trabajo, levantados hoy en estampida para sentenciar que los días del capitalismo están contados. Multitudinarias protestas, varias de ellas de grandes magnitudes demuestran la verdad de que la contradicción entre proletarios y burgueses ocupa hoy el lugar de contradicción principal en la arena internacional. Toda Europa es una cadena ininterrumpida de manifestaciones contra las políticas económicas y sociales, y en todo el centro de esas disputas está ni más ni menos que la explotación, la miseria y las condiciones generales de los trabajadores. Igual situación se expresa en otros países como China, Japón, Estados Unidos, Rusia, Francia, Italia, Inglaterra… y todo este caudal alborotado de levantamientos tiene a su cabeza, innegablemente, la unidad de los obreros viejos y jóvenes que a un solo puño se levantan para expresar su rechazo rotundo a un sistema que odian y que piden a gritos cambiar. Un caudal que se suma a las innumerables movilizaciones en los países oprimidos como Corea, Afganistán, India, países Árabes… donde se ha puesto sobre la arena de la lucha de clases mundial una gran verdad, un ejército se apresta a ocupar su puesto de vanguardia en la lucha por el socialismo: ¡el ejército de los proletarios!
¡El Mundo está maduro para la revolución!, ya no solo porque el imperialismo huele a muerto, sino porque sus sepultureros le circundan por todo el planeta y es solo cuestión de tiempo para que la fosa donde la historia lo ha de mantener en adelante se llene y cierre, dando paso a un nuevo amanecer para el futuro luminoso de la humanidad. Un paso que hoy, tiene en los comunistas el papel decisivo para llevarlo a buen término. La madurez existente para la Revolución Proletaria Mundial necesita de fuertes destacamentos organizados en cada país, de destacamentos de vanguardia que tengan la capacidad y conocimientos suficientes para convertirse en el faro que necesita la clase obrera para poder cumplir bien su misión histórica de emanciparse y emancipar a la humanidad del yugo del capital. Esos destacamentos tienen nombre propio: Partido Político del Proletariado, y su construcción es hoy en Colombia, la tarea más importante de los comunistas y por ende de la clase obrera y los revolucionarios.
El Movimiento Comunista Internacional se encuentra en una lucha tesonera por hacer avanzar la revolución, lucha que va desde las gloriosas guerras populares dirigidas por sus destacamentos marxistas leninistas maoístas en la India, Filipinas, Turquía y el Perú; hasta los esfuerzos que se vienen haciendo en países como Colombia por construir el Partido. Esfuerzos que tienen en común la tarea de construir la Internacional Comunista de Nuevo Tipo, que dirija al proletariado mundial hacia su meta común: el socialismo y el comunismo en toda la tierra. Esfuerzos que para alcanzar el triunfo de la unidad internacional de los comunistas revolucionarios, deben barrer y separar del camino, el principal obstáculo que se alza contra la unidad: el revisionismo, que reniega del marxismo leninismo maoísmo, y traiciona al movimiento obrero proclamando la paz y la conciliación con los enemigos de clase.
Hoy, la IX Asamblea ha ratificado su compromiso indeclinable con la clase obrera mundial, concretado en: contribuir en la formulación de una Línea General para la unidad del Movimiento Comunista Internacional, proseguir en la lucha por una nueva Conferencia Internacional de los marxistas leninistas maoístas en la cual no haya lugar para los revisionistas, condición ineludible para avanzar hacia la nueva Internacional; preparar abnegadamente el Congreso del Partido, manteniendo firme la decisión de aislar al oportunismo en la dirección del movimiento de masas para que su lucha sirva no sólo a la contención inmediata de la explotación y la opresión de las clases dominantes, sino también para avanzar hacia su derrota definitiva con la Revolución Socialista, que mediante la violencia revolucionaria de la guerra popular destruya el viejo y podrido Estado reaccionario e instaure el nuevo Estado de Dictadura del Proletariado, el nuevo Estado de los Obreros y los Campesinos.
Tenemos absoluta confianza en la victoria, porque confiamos ciegamente en el proletariado mundial y porque sabemos a ciencia cierta que ¡EL MUNDO ESTÁ MADURO PARA LA REVOLUCIÓN!
IX Asamblea “Camarada Cristian”
Unión Obrera Comunista (MLM)
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