Con motivo del 1 de mayo 2013 nuevamente los comunistas revolucionarios colombianos plantean al pueblo sus ideas y planes para sacar a la sociedad colombiana del mar de contradicciones en el cual esta sumergida, planes e ideas que los revolucionarios conscientes deben valorar para su practica cotiadiana.
Declaración de la Unión
Obrera Comunista (Marxista Leninista Maoísta) en el Día Internacional del
Proletariado
¡El capitalismo
agoniza! ¡No basta resistir!
¡El mundo necesita la
Revolución!
Primero de
Mayo, día de la clase obrera mundial para pasar revista a sus filas, manifestar
en las calles el odio irreconciliable contra la burguesía, y repudiar el
sistema mundial de la esclavitud asalariada. Día para reafirmar por la
vanguardia consciente del proletariado, la declaración del Manifiesto del
Partido Comunista desde 1848: Los comunistas consideran indigno ocultar sus
ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser
alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las clases
dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no
tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo
que ganar. ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS
PAÍSES, UNÍOS!
La crisis muestra la descomposición del
capitalismo y la necesidad de la Revolución
Hoy, ese
mundo que ganar, sigue esclavizado por el capitalismo, donde la anarquía en la
producción cada vez más social y su antagonismo con la apropiación cada vez más
privada, han desatado una poderosa crisis económica cuya devastación se extiende
por todos los países, principalmente los imperialistas. Crisis de superproducción
relativa, que muestra la caducidad y avanzado estado de descomposición del
capitalismo, resaltando como nunca antes, la necesidad del tránsito
revolucionario a la nueva sociedad socialista mundial, basada en la cooperación
entre los hombres y no en la explotación del hombre por el hombre.
También en
Colombia, la crisis afecta los negocios de burgueses, terratenientes e
imperialistas, donde el frenesí acaparador y centralizador del capital
financiero y los grandes grupos monopolistas, apoyados por el Gobierno y
protegidos por las fuerzas militares del Estado, superexplotan la fuerza de
trabajo obrera, arruinan a los medianos y pequeños productores, despojan y
destierran las comunidades afro-descendientes, indígenas y campesinas, se
apropian, destruyen y agotan los recursos naturales.
Las leyes y
medidas de choque de los imperialistas y sus socios lacayos en Colombia, son
impotentes ante la crisis porque es una ley económica del capitalismo que no
depende de la voluntad de los hombres. En todos los países los capitalistas y
sus gobiernos pretenden resolver la crisis intensificando la explotación del trabajo,
aumentando los impuestos y disminuyendo el gasto social del Estado; pero lo
único que consiguen es agravar la crisis social (causa y efecto de la crisis
económica), agudizar más las contradicciones de clase, de las cuales brota la
fuerza social para derrocar al capitalismo.
No es
suficiente la indignación contra la crisis y el capitalismo. No se pueden
acabar las crisis sin acabar con el imperialismo. ¡No basta resistir! ¡Se
necesita la revolución para vencer y sepultar al imperialismo! La lucha de
resistencia es necesaria contra las consecuencias de la crisis sobre las masas
trabajadoras, pero no resuelve de fondo el problema. Es indispensable derrocar
por la fuerza de las armas el poder político de los capitalistas y el
imperialismo, para que la Dictadura del Proletariado, el nuevo poder de los
obreros y campesinos armados, proceda a expropiar a todos los explotadores,
suprima la propiedad privada de las tierras, fábricas y demás medios de
producción, y barra las causas de las crisis económicas, del hambre y del
desempleo, males inconcebibles en un mundo, donde la producción social de
bienes materiales puede brindar trabajo y comida de sobra a toda la población de
la tierra, a condición de que sea el proletariado y los campesinos, quienes
gobiernen y administren la sociedad.
La crisis
económica saca a flote la fuerza para resolver el problema: el proletariado,
cuya contradicción con la burguesía, salta a la vista como contradicción
principal en el mundo y decisiva para el tránsito a la nueva sociedad
socialista. No por casualidad los revisionistas hoy pretenden negar el papel
histórico del proletariado mundial y su existencia como clase social, en el
vano anhelo de descabezar la Revolución Proletaria Mundial. He ahí, cómo el
oportunismo sirve objetivamente a la reacción y al imperialismo. He ahí cómo la
confusión de los marxistas leninistas maoístas, al desconocer, subestimar o
ignorar esa contradicción, conlleva a la impotencia política de la revolución,
incluida la guerra como continuación de la lucha política por otros medios.
La crisis
económica, al atizar la contradicción mundial entre países imperialistas y
oprimidos, redoblando el yugo del dominio político y económico semicolonial que
sostiene el parasitismo imperialista, fortalece la causa material de las
rebeliones, guerras de resistencia y guerras populares contra el imperialismo y
los regímenes reaccionarios en los países oprimidos.
La crisis
económica, al exacerbar las contradicciones entre los grandes grupos
monopolistas, y entre los países imperialistas, agiganta su competencia
económica, destroza los velos diplomáticos de su preparación militar para la
guerra mundial en el interés privado de la burguesía imperialista, ansiosa de
quemar medios de producción e inmolar soldados obreros y campesinos.
Ante
semejante peligro, la orientación política revolucionaria para la actuación de
los comunistas, es apelar a las masas, principalmente a las del proletariado,
construir el Partido en las fábricas, elevar la conciencia, movilizar,
organizar y dirigir sus luchas, para transformar la crisis social en crisis
revolucionaria, impedir la destrucción de la naturaleza, detener con la
revolución el peligro de guerra mundial, o transformarla en guerra civil
revolucionaria, en guerra popular contra el imperialismo y todos los
reaccionarios.
El Gobierno de Santos es democracia para
los ricos y dictadura para los pobres
Los
reaccionarios gobernantes hablan de respeto a los “derechos humanos” y
“condena” a los crímenes de las bandas paramilitares, al tiempo que asesinan
dirigentes sindicales, desplazados y populares; multiplican la desaparición
forzada y masacran a gentes humildes en el campo y las comunas; atiborran
cárceles y comisarías por el “delito” de pensar y protestar; oprimen sin
descanso a mujeres y minorías; cierran revistas, despiden y asesinan
periodistas por decir la verdad; protegen con “fuero militar” el terror estatal
de las fuerzas represivas dotadas de sofisticadas armas imperialistas,
venenosas, eléctricas y ultrasónicas, destinadas a la represión del movimiento de
masas, oficializando la brutalidad policial para reprimir violentamente toda
protesta social. Con palabras de libertad y democracia, con abrazos de paz, el
Gobierno de Santos ha intensificado la explotación y la opresión del pueblo
colombiano.
La
“Prosperidad para todos” significa proteger los intereses de los explotadores;
auxilios y subsidios para los capitalistas y las grandes empresas
imperialistas; sueldos y pensiones millonarias para los parásitos politiqueros
y los altos funcionarios del Estado; rebaja de salarios y más impuestos para
los pobres; exenciones y rebajas para los ricos. La “Vivienda gratis” es pura
demagogia de campaña electoral. La “Reforma a la salud” es un embeleco
distractor para que los capitalistas sigan amasando capital en el gran negocio
de la privatización de la salud. La “Ley de Víctimas y Restitución de Tierras”
es un pulso con el poder de la mafia uribista sobre la tierra, no para
devolverla a los campesinos despojados y desplazados quienes siguen siendo
burlados, amenazados y asesinados por las
bandas
paramilitares, sino para entregarla completamente a la “inversión” y la
“agricultura empresarial” de la burguesía, los terratenientes y los
imperialistas, esto es, al dominio del capitalismo en el campo, en la
agricultura y la ganadería, en las petroleras y la minería.
La bulla del
Gobierno con la “defensa del sindicalismo” ha sido propaganda falsa pagada,
para encubrir el desconocimiento de los sindicatos y sus peticiones, ocultar el
régimen carcelario en las fábricas, disimular la “tercerización” bajo nuevas
formas de “cooperativas de trabajo asociado”, disfrazar la persecución sindical
y la destrucción de los nuevos sindicatos mediante despidos, amenazas,
asesinatos y
desaparición de sindicalistas. Y todo, con el apoyo y complacencia de las
camarillas dirigentes de las centrales sindicales, cuyo destemplado discurso
sobre un “paro nacional”, ya no puede ocultar su compromiso con el Estado
reaccionario, con el Gobierno de Santos y con los explotadores capitalistas.
Los obreros deben saber que para los capitalistas y sus representantes
políticos, la fuerza de trabajo de los proletarios, sólo les interesa en
calidad de mercancía especial que al explotarla incrementa el capital; más allá
de eso, todos sus discursos son simples prédicas hipócritas para hermosear el
gran negocio de la explotación asalariada.
La clase
obrera necesita Reestructurar su Movimiento Sindical para que en vez de
interceder por los capitalistas, defienda con la lucha los intereses de los
obreros; para que en vez de hacerle propaganda a un “capitalismo más humano”,
sirva y se comprometa con la lucha revolucionaria del movimiento obrero para
exterminar el régimen de la esclavitud asalariada. La verdadera política de
Reestructuración del Movimiento Sindical, se abre paso en la práctica y desde
la base obrera. La lucha por la independencia de clase, los métodos
revolucionarios de dirección y de trabajo, el aprecio por la educación,
movilización y poder decisorio de las bases, vienen ganando simpatía y apoyo
entre los obreros, incluidos los llamados temporales”, entre los obreros más
superexplotados, quienes por su cuenta y con algunas ideas de conciencia de
clase, se han atrevido a tomar en sus propias manos los destinos del movimiento
sindical y de su lucha.
La “paz” del
Gobierno de Santos en contubernio con las guerrillas, es un engaño para el
pueblo, pues no va más allá de un acuerdo económico y político entre sus enemigos
sobre la forma de apoyar el desarrollo del capitalismo en el campo, que ni
siquiera pone fin a la guerra por la renta extraordinaria de la tierra en el
negocio de la coca, la palma africana, la minería, el petróleo, y mucho menos,
resuelve el problema de la explotación asalariada y la dictadura de los
capitalistas, los grandes y verdaderos problemas del pueblo colombiano, cuya
solución no tiene más camino que la guerra revolucionaria de las masas contra
sus opresores y explotadores. Contrario a la “unidad nacional”, bajo el
Gobierno de Santos se han agravado las
contradicciones interburguesas, las contradicciones entre los enemigos del
pueblo, que los dividen y debilitan, en favor de las luchas del proletariado y
del pueblo en general.
¡Ni el Estado, ni los politiqueros! ¡Sólo
el pueblo salva al pueblo!
La
confluencia en el tiempo de la poderosa huelga política cafetera, la huelga de
los transportadores, el paro cívico en Arauca, las huelgas obreras en El
Cerrejón y la Universidad Nacional, las persistentes asonadas y otras muchas,
pequeñas y dispersas luchas, muestran en la práctica que el pueblo colombiano
rechaza el camino politiquero para resolver sus problemas, y ha ganado
confianza en las vías de hecho, por las cuales ya obtiene victorias.
Las diversas
formas de la lucha directa de las masas se entrecruzan, tienden a juntarse y
reforzarse, pero todavía de manera espontánea, urgiendo la acción de los
comunistas y revolucionarios, para elevar la conciencia de las masas sobre la
necesidad de unir en una sola lucha, una sola plataforma y una sola
organización, sus diversas huelgas políticas y económicas, manifestaciones y
protestas, bloqueos y asonadas, hacia la generalización de una gran Huelga
Política de Masas. Y lo más importante, elevar la consciencia sobre la
necesidad de la revolución, pues no basta conquistar las reivindicaciones de la
Plataforma táctica inmediata; esa es apenas un respiro, una escuela, una forma
de acumulación y organización de fuerzas, para avanzar a la lucha definitiva
que suprima de raíz los males y sufrimientos del pueblo colombiano, cuya causa
está hoy en las relaciones de producción capitalistas, basadas en la propiedad
privada sobre los medios de producción y la explotación asalariada.
Por otra
parte, en medio de la gran disgregación y desprestigio del oportunismo,
dividido y fraccionado en el Polo, desde el reformismo liberal llega en auxilio
del Gobierno y su acuerdo de paz con las guerrillas, el partido popular Marcha
Patriótica cabalgando en las capas pobres de la población sobre todo del campo
y las zonas de guerra, hablando de movilización y lucha masas, pero no en la
dirección que lleva la lucha de clases hacia la Huelga Política de Masas, sino
en contravía, hacia el camino electorero, por donde muy probablemente
terminarán engatusando a sus seguidores con el apoyo a la reelección de Santos
contra la mafia uribista, ocultando que ambos, Santos y Uribe, son jefes
políticos de los explotadores y sanguinarios verdugos de los trabajadores. Es
obligación de los revolucionarios y comunistas, trabajar por acercar a las
bases campesinas engañadas y decepcionadas por las guerrillas, llevándoles las
ideas del proletariado revolucionario, el programa socialista, la estrategia y
la táctica revolucionarias, en la perspectiva de reorganizar el movimiento
campesino, que en alianza con los obreros, será la fuerza principal de la
insurrección, de la Revolución Socialista y del nuevo Estado de Dictadura del
Proletariado.
Finalmente,
la tarea central de los comunistas se concreta hoy en avanzar en la preparación
del Congreso de un verdadero Partido del Proletariado, lo cual exige afianzar
la vinculación a las masas y a la clase obrera, extender y profundizar la
influencia organizada en las clases revolucionarias, consolidar la victoria del
Programa Socialista y la Táctica revolucionaria, fortalecer la prensa comunista
como andamio de la construcción de ese Partido y herramienta principal de todo
el trabajo político, consolidar y extender la organización de los comunistas,
luchar por la unidad de los marxistas leninistas maoístas tanto del país, como
en el Movimiento Comunista Internacional, unidad que implica la derrota
ideológica y política del nuevo revisionismo que hoy levanta banderas
antirevisionistas para combatir y falsear el Marxismo Leninismo Maoísmo.
¡El capitalismo está en
crisis! ¡Viva el Socialismo y el Comunismo!
¡Abajo el podrido
Estado burgués! ¡Viva el futuro Estado de los obreros y campesinos!
Contra el Gobierno de
Santos y por la Revolución Socialista:
¡Avanzar en la
generalización de las Huelgas Políticas de Masas!
Unión Obrera Comunista
(Marxista Leninista Maoísta)
Colombia, Primero de
Mayo 2013
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