¡Proletarios del mundo, uníos! sigue siendo hoy, como hace más de cien años, la bandera izada por los obreros de todos los países, en cuyos pliegues de fraterna solidaridad internacionalista, se inscriben y agitan sus consignas de lucha contra toda forma de explotación y opresión sobre la tierra.
Hoy Primero de Mayo, nuevamente retumba por el mundo, el grito obrero de batalla contra el capitalismo imperialista, anunciando que la principal corriente histórica de la época es la Revolución Proletaria Mundial, la cual dará sepultura a este putrefacto sistema mundial de opresión y explotación, atravesado cual gigantesco parásito en el camino de la humanidad hacia el socialismo y el comunismo.
Ni las destempladas declaraciones de los defensores de la explotación asalariada, ni los anuncios pagados de las agencias imperialistas, ni los auxilios estatales a los grandes monopolios, pueden salvar al sistema capitalista cuarteado hasta en sus cimientos por obra de sus propias contradicciones, y cuyas profundas fisuras han sido una vez más destapadas por la crisis económica mundial, mostrando que es un
sistema exclusivamente útil a la ganancia privada de unos pocos capitalistas que no trabajan, e inservible para los trabajadores que producen cada vez más, y más colectivamente. Más allá del imperialismo, sólo sigue la Revolución Proletaria Mundial, única fuerza capaz de derrotarlo, darle sepultura y resolver radicalmente sus antagónicas contradicciones.
Mientras la sociedad mundial padece las terribles consecuencias de la crisis del capitalismo moribundo, las contradicciones entre los países imperialistas y entre los grandes grupos monopolistas, los lanzan a preparar la guerra por un nuevo reparto del mundo con sus fuentes de materias primas, mercados y fuerza de trabajo. Ante la rebelión de las fuerzas productivas de la sociedad —instrumentos de producción y proletarios disponibles— que ya no caben dentro de las ignominiosas
relaciones de explotación asalariada de este caduco sistema, los imperialistas optan por destruirlas organizando una nueva matanza mundial entre pueblos.
Las potencias imperialistas hablan de paz y acuerdos para el desarme, pero en los hechos gastan miles de billones de dólares en sus arsenales nucleares, y en armamento para sus regímenes lacayos en los países oprimidos. Una tenebrosa amenaza que la Revolución Proletaria Mundial puede detener derrocando el poder político de la burguesía, o en caso de que estallase la guerra mundial, transformándola en guerra civil revolucionaria del proletariado contra la burguesía.
Hechos como el que los imperialistas norteamericanos, europeos y asiáticos, apoyados en ejércitos mercenarios y cipayos, prosigan la guerra de agresión y ocupación de Irak, Afganistán y Palestina; bañen en sangre a los desolados países africanos; ensayen a encender focos de guerra utilizando a sus regímenes títeres en América Latina; amenacen y se disputen la influencia en Irán, Corea y Venezuela; luchen por el dominio estratégico en países de Europa Oriental y la antigua URSS; intervengan en la India mediante la alianza con el despótico régimen gobernante desatando la gigantesca operación militar “Cacería Verde”, en el afán de apagar las llamas de la Guerra Popular con la cual los oprimidos de ese país han decidido alzarse en armas contra los opresores… son todos, hechos manifiestos de la aguda contradicción mundial entre los países imperialistas y los países oprimidos, que si bien ha universalizado la forma de dominación semicolonial —independencia formal y jurídica, dependencia económica y política en los hechos— trasciende el grado de la lucha política incruenta, transformándose en reaccionarias guerras de agresión imperialistas, enfrentadas por guerras burguesas de liberación nacional, y por guerras populares de los obreros y campesinos que como parte de la Revolución Proletaria Mundial, estas sí, quebrarán por siempre el yugo opresor imperialista.
En este gran desorden, ha influido la crisis económica mundial, exacerbando sobre todo la contradicción entre el proletariado y la burguesía, afianzándola como la principal de todas las contradicciones del imperialismo, con la gratificante noticia de ser la contradicción antagónica directa entre el trabajo y el capital, entre las revolucionarias fuerzas de producción colectivas y las reaccionarias relaciones sociales de apropiación privada, entre la decrepitud del capitalismo y la inmediata necesidad del socialismo.
Los planes de los capitalistas para salir de la crisis, no han sido más que una forma de descargarla sobre los productores directos de la riqueza social, arrasando las reivindicaciones que la clase obrera ha conquistado en defensa de su salario, condiciones de vida y de trabajo; arruinando pequeños y medianos productores cuya independencia no pasa de ser una tapadera de su encadenamiento al engranaje productivo de la gran fábrica; en fin, condenando al despido masivo, al hambre y la miseria a cientos de millones de trabajadores de los países oprimidos, y a formidables contingentes de obreros en los países imperialistas, donde llevan la peor parte los hermanos proletarios inmigrantes.
El Proletariado Necesita una Nueva Internacional
La declaración programática de los comunistas ¡el mundo está maduro para la revolución! es una palpable necesidad manifiesta en los estertores agónicos del capitalismo imperialista y en sus abrumadores horrores, que empuja a las poderosas fuerzas del proletariado a cargar con grandes levantamientos, huelgas políticas,
paros generales y gigantescas manifestaciones en los países imperialistas; a unirse y dirigir la rebelión de las masas populares en los países oprimidos; a tomar la iniciativa revolucionaria y alzarse en armas como hoy lo hacen los obreros y campesinos en la India, dirigidos por su destacamento de vanguardia, el Partido omunista de la India (Maoísta), erigiéndose en la avanzada de la Revolución Proletaria Mundial, que exige la solidaridad y el apoyo fraterno e internacionalista de los pueblos del mundo.
El tiempo de vida del agonizante y descompuesto sistema capitalista, sólo depende de cuánto demore el proletariado revolucionario en extirpar el tumor oportunista, que mediante su labor desmovilizadora de las fuerzas de la revolución, ha permitido que el imperialismo alargue su miserable existencia. Ese fue el triste y despreciable papel jugado por el revisionismo prachandista en Nepal en el año 2006, traicionando la guerra popular en ese país a cambio de convivir con la burguesía y los terratenientes en el Estado reaccionario; traicionando la Revolución Proletaria Mundial al capitular ante la supuesta omnipotencia imbatible del imperialismo; traicionando al Movimiento Comunista Internacional al intentar imponer como línea sus teorías apologistas del imperialismo, que consiguieron sí, fracturar el papel de centro ideológico y político embrionario de la Internacional Comunista de nuevo tipo, que hasta ese entonces había jugado el Movimiento Revolucionario Internacionalista MRI.
Pero la felonía fue denunciada y rechazada por destacamentos de comunistas revolucionarios en distintos países, siendo rebatidas y destrozadas las podridas teorías revisionistas, alcanzando la importante victoria ideológica y política de impedir que la plataforma prachandista se impusiera como línea general del
Movimiento Comunista Internacional. Ahora la lucha continúa al interior de los comunistas revolucionarios, contra la confusión ideológica y la extrema dispersión de sus organizaciones, donde sobre la base de unidad anti-revisionista alcanzada contra el prachandismo, se lucha para avanzar a la unidad de una Línea General para el Movimiento Comunista Internacional, cimiento indispensable de la Internacional de nuevo tipo que ha de dirigir y organizar la ofensiva de la Revolución Proletaria Mundial contra el imperialismo y por el triunfo mundial del socialismo y el comunismo.
Debemos Marchar al Congreso del Partido Comunista
Revolucionario de Colombia
En Colombia, la crisis económica también ha agudizado todas las contradicciones sociales, destacando como el fenómeno más importante, la rebeldía y movilización creciente del movimiento espontáneo de masas, el cual ha profundizado la división de las clases dominantes manifiesta en la inocultable inestabilidad del régimen reaccionario de Uribe Vélez, y ha resaltado el desprestigio de los partidos oportunistas colgados al reformista carrusel electorero siempre en auxilio de los capitalistas y en defensa de la institucionalidad de su Estado de dictadura burguesa.
La multimillonaria inversión del Estado, los partidos y los empresarios en una descomunal arremetida de los medios de comunicación para engañar al pueblo con la farsa electoral de finales de mayo, donde los capitalistas decidirán el administrador de sus negocios en los próximos años, no ha logrado mellar el estado de ánimo del pueblo luchador. No pasa un día sin que se presenten nuevos combates, manifestaciones,
bloqueos, paros, tomas, asonadas… reafirmando la poderosa tendencia hacia el gran enfrentamiento del pueblo colombiano con el Estado de sus odiados enemigos: la gran Huelga Política de Masas.
La inestabilidad del régimen de mafiosos y paramilitares representado por Uribe, hace posible su continuidad, o el ascenso de otra facción burguesa a la cima del poder estatal, ya sea directamente o a través de la coalición de los reaccionarios ilustrados del “partido verde”. Pero cualquiera que sea la decisión de las clases
dominantes, no cambiará la situación del pueblo que seguirá sufriendo la opresión de la dictadura de los capitalistas y la esclavitud de la explotación asalariada.
Continuará la tendencia ascendente del movimiento revolucionario de las masas, y se hará más poderosa la necesidad del Partido político del proletariado, que lo dirija hacia el triunfo de la Revolución Socialista, de la insurrección que como parte de la guerra popular, destruya el viejo aparato estatal de los explotadores
e instaure el nuevo Estado de los obreros y los campesinos armados.
La Unión Obrera Comunista (MLM) llama a los demás camaradas Marxistas Leninistas Maoístas, a los proletarios conscientes y a la intelectualidad revolucionaria, a acometer con firmeza estas grandes tareas de la revolución. En especial, los invita a luchar mancomunadamente contra la confusión y la dispersión internacional de los comunistas revolucionarios, y en las tareas necesarias para la Convocatoria común del Congreso del Partido en Colombia.
Llama al proletariado y a las grandes masas de trabajadores, a proseguir el camino de la lucha revolucionaria avanzando en la preparación y organización de la Huelga Política de Masas contra el Estado reaccionario de la burguesía y por la Revolución Socialista.
Saluda al proletariado y a sus destacamentos en todos los países, entonando con más fuerza nuestras comunes consignas de combate:
¡Viva el Primero de Mayo Internacionalista y Revolucionario!
¡Por la construcción de la Internacional y la Convocatoria al Congreso del Partido: Luchar por una Línea General para el Movimiento Comunista Internacional!
El Capitalismo Imperialista está en Crisis:¡Viva el Socialismo y el Comunismo!
Unión Obrera Comunista (Marxista Leninista Maoísta)
Colombia, 1 de Mayo de 2010
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