Tomado de Revolucion Obrera # 371
Avanza la lucha de masas, el mundo está
maduro para la revolución
Sin duda, una de las principales características de la
sociedad en la actualidad es la creciente movilización de masas. Ya es común
registrar países enteros paralizados por sendas manifestaciones que de un momento
a otro se toman las calles, paralizan la economía, desafían a los esbirros de
la policía, se enfrentan sin titubeos a toda la represión oficial, echan atrás
políticas de gobierno, tumban mandatarios, etc.
Cosa extraña hasta hace pocos años y que hoy de manera
majestuosa es un hecho contundente que muestra como los pueblos del mundo
quieren cambios reales, exigen menos palabras y más hechos, buscan, como la
planta busca la luz, una nueva sociedad… aún sin mucha claridad, comienzan a
intuir que lo que hay que hacer es la revolución.
Y nos es para menos, pues la crisis, actúa para los
capitalistas como la soga para el condenado; entre más se revuelca, más duro lo
aprieta. Como muy bien lo precisó la pasada plenaria del Comité de Dirección de
la Unión Obrera Comunista mlm “Por sí misma, la crisis económica ha profundizado
la crisis social propia del capitalismo. Las medidas imperialistas contra la
crisis, además de inocuas por ser impotentes ante sus causas de fondo — la
anarquía de la producción y la contradicción antagónica entre una producción
cada vez más social y una apropiación cada vez más privada — por el contrario,
al ser medidas de salvamento para los dueños de la propiedad privada, agravan
más la contradicción fundamental, y con ella, hacen más explosiva la crisis
social ya no solo en los países oprimidos sino también en los propios países
imperialistas.”Un vistazo a los últimos días es elocuente de ello; y no por ser
lo único, ni siquiera por ser lo más grande, pero son otro clavo en la sepultura
de esta sociedad basada en la explotación del hombre por el hombre.
Brasil por ejemplo se prendió, en apariencia, por una simple
subida del transporte; y hoy, todos los días se realizan manifestaciones, de
las cuales una de las más destacadas de mediados de julio fue la realización de
un paro nacional convocado por los sindicatos para el día 11, una jornada que
además de presentar un pliego de peticiones al gobierno, se constituyó en un
espaldarazo contundente a la revuelta popular que restó protagonismo a la Copa
Confederaciones.
En Chile, el mismo 11 de julio las Centrales convocaron y
encabezaron la realización de un Paro Nacional; en este caso mucho más violento
que el de Brasil que de cierta manera se suavizó porque desde la presidencia se
reconoció como legítimo el paro con tal de no chocar y agudizar las
contradicciones.
Pero el caso de Chile no fue el mismo, en ciudades como
Valparaiso se decretó ilegal el paro, y en otras como Santiago, Antofagasta,
Arica y otras tantas, los manifestantes tuvieron que armar barricadas para enfrentar
a los carabineros que de forma violenta pretendían disolver las
manifestaciones. Finalmente la parálisis se impuso y los manifestantes tomaron
esta jornada como la continuación de una lucha sostenida que vienen librando
contra las políticas estatales.
Igual sigue sucediendo en Egipto, donde el golpe de Estado
que encabezaron los militares ha hecho crecer los enfrentamientos en las calles;
donde adeptos al depuesto Morsi y a los Hermanos Musulmanes están organizando
sus fuerzas para realizar manifestaciones que buscan la vuelta al gobierno del
depuesto presidente. Lo lamentable en este caso es que la población ha comenzado
a enfrentarse entre ellos mismos, lo que desdibuja la maravillosa manifestación
y lucha callejera que hace 2 años tumbó al dictador Mubarak. Un evidente vacío
de dirección revolucionaria se percibe en las calles de Egipto, pero lo que sí
es contundente es la disposición grandiosa de las masas a luchar por cambios de
fondo.
En Turquía sigue igual la población en una constante
protesta callejera, que aumentará su nivel luego de que se ha permitido
nuevamente el ingreso de la población a la Plaza Taksim en Estambul; los
manifestantes han llamado a colmar la plaza en demostración de la fuerza que se
siente en las calles y como forma de hacerle saber al gobierno que su lucha, no
solo se sostiene, sino que crece a diario.Los últimos días fueron estos países
el escenario, pero antes fueron, España, Grecia, Portugal, Bolivia, Francia,
Italia, los Países Árabes; un poco antes fueron los mineros en el Norte de
África, y en el caso de Colombia, hoy son las masas en el Catatumbo. El mundo
está pariendo revolución, los cinco continentes son un escenario permanente de
protestas, y todo ello ratifica el análisis hecho por los comunistas de que el
mundo está maduro para la revolución, los oídos del pueblo quieren y necesitan
escuchar a los comunistas revolucionarios, y las manos y puños de los obreros y
campesinos están plenamente dispuestos a levantarse bajo un Programa
revolucionario que les dé una luz en este aparente caos social que se vive en
todo el planeta.
Pero no sólo está maduro el mundo para la revolución, sino
que el proletariado está ocupando su papel de clase de vanguardia en la lucha mundial
contra el capitalismo imperialista, una postura que muchos revolucionarios aún
no advierten o simplemente menosprecian por puro culto a una idea preconcebida
de que lo que hay es que luchar contra la dominación imperialista en las
semicolonias o porque como dicen algunos, no hay condiciones para triunfar, y
por tanto solo llaman a “Resistir”.
La contradicción entre proletarios y burgueses ocupa hoy en
el mundo el papel de contradicción dirigente de toda la lucha de clases en el planeta;
y eso no solo ratifica, sino que beneficia la urgente necesidad dotar al
movimiento obrero de Partidos Comunistas auténticos en cada país, y como centro
único de dirección, una Internacional Comunista de Nuevo Tipo. Esa es la
principal responsabilidad de los comunistas en la actual etapa de la
revolución.